sábado, 5 de noviembre de 2011

Heme ahí/aquí... esperando.

"Heme aquí" fue lo que dije al llegar. Heme aquí con un trasnocho que no trajo más que una liga de sentimientos, pensamientos depresivos, arrepentimientos y tristeza.

Esa noche donde todo era alegría y plenitud, se torno perfecta cuando llegaste, cuando hablamos, cuando bailamos; así fue hasta que dijiste "lo siento, no vuelvo"... a partir de allí fue casi perfecta. Pero aunque la noche iba casi perfecta, cuando me vi esperando por una persona a la que le pedían su numero, numero sinónimo de oportunidades, salidas y esperanzas se convirtió en una noche QUE SE DEBÍA TERMINAR.

Heme ahí/aquí, humillada... queriendo pertenecer a algo que no existe, queriendo tener algo que no llega. Heme ahí, viendo como alguien que no está preparado emocionalmente es colmado de invitaciones e intenciones, mientras que quien sí lo está sigue rodeado de vacíos, silencios, ausencias. No es envidia (creo), es dolor, dolor por no encontrar lo que se busca, lo que se quiere, lo que se necesita; es también decepción por no creerse lo suficiente como para tenerlo y que la realidad no te ayude a cambiar esa percepción. Es arrepentimiento, sí, por no haber hecho lo imposible, por no haberlo intentado, por haberte dejado ir de nuevo.

Heme aquí, escribiendo sobre eso, porque de qué otra forma expresarlo, de qué otra forma decirlo. La fiel creencia de que todo tiene su tiempo y de que, eventualmente perteneceré a algo sigue firme (creo), pero en noches como esta, como la de hoy, como la de ahora sólo hay una gran liga de sentimientos -nada agradables, sobra decir-.

 En realidad, ahora espero con ganas y dispuesta a que termines de llegar, de actuar, de decir, DE HACER pero en el fondo se que para ti, tu tiempo de intentarlo conmigo ya paso, que sientes que aquí ya no hay nada que buscar, que ya lo has intentado antes y no piensas volver a hacerlo, que ya basta y es eso JUSTO lo que estas haciendo: no buscar, no intentar, no querer.

No hay mas que hacer, decir o sentir. En las cosas del amor (o sus derivados) definitivamente no aplica eso de que "el que busca encuentra". Este momento se podría comparar (aunque nunca igualar) con el de una madre (de corazón) intentando quedar encinta y darse cuenta que no lo logra. Sólo espero que en el momento menos indicado suceda y que eso de "cuando menos te lo esperes" si sea lo que aplica en estas cosas. En las cosas del corazón.